Excursión pelágica en el Golfo de Vizcaya

RESÚMENES DE ACTIVIDADES 

El pasado domingo 5 de octubre, 10 intrépidos aventureros del GOR nos embarcamos (nunca mejor dicho) en una salida pelágica por el Cantábrico. De la mano de nuestro buen amigo Gorka Ocio, contratamos una salida a ver cetáceos y aves pelágicas por el Cantábrico a través de su web verballenas.com

Salimos a las 7.30 desde el puerto pesquero de Santurtzi en el "Quirce" con los patrones Roberto y Rosa, que se portaron con nosotros de maravilla. Tuvimos un día con nubes y claros y algo de lluvia ligera al principio, pero nada que asustara. Además la lluvia desapareció enseguida y nunca más se supo.

El mar no se portó tan bien como nos hubiese gustado y una marejadilla con rachas de marejada, hacía que hubiese bastante movimiento en la embarcación. Eso hizo que, a pesar de la biodramina, algunos de los pasajeros tuvieran un viaje movidito y que tanto los prismáticos como las cámaras fuesen más difíciles de utilizar de lo habitual. En cualquier caso, íbamos con ganas y todo se nos antojaba estupendo.

Creo recordar que salimos unas 40 millas hacia el NE, hasta la altura de Lekeitio. Enseguida empezamos a ver algún ave marina, gaviotas patiamarillas y alguna tempranera gaviota reidora en el mismo puerto. Casi sin salir de El Abra empezamos a ver las primeras pelágicas puras y los primeros en aparecer fueron los extraordinarios alcatraces atlánticos Morus bassanus. Aves fantásticas! Si fueran igual de escasos que la pardela chica... seguro que serían los más cotizados. Los hubo de todos los colores y edades y nos deleitaron muchas veces y de muy cerca. Incluso uno de ellos, lamentablemente,  portaba un anzuelo en su pico.

Alcatraz atlántico Morus bassanus. Foto Gorka Ocio

Joven alcatraz atlántico Morus bassanus. Foto Juanjo Vega

Alcatraz atlántico Morus bassanus subadulto con anzuelo en el pico. Foto Juanjo Vega

Poco después aparecieron las primeras pardelas sombrías Puffinus griseus y no tardamos mucho en divisar también las pardelas cenicientas. Algunas de ellas pasaron tan cerca... una auténtica gozada.

Pardela sombría Puffinus griseus. Foto Gorka Ocio

Pardela cenicienta Calonectris diomedea. Foto Gorka Ocio

Algo más tardaron en dejarse ver las pardelas baleares, las capirotadas y una única pichoneta algo lejana y que no pudimos fotografiar. Además había paso incesante de paseriformes. Destacar por su abundancia el bisbita pratense Anthus pratensis y más escasos vimos también lavandera blanca Motacilla alba, petirrojo europeo Erythacus rubecula, alondra común Alauda arvensis o mosquitero común Phylloscopus collybita.

Pardela balear Puffinus mauretanicus. Foto Gorka Ocio

Pardela capirotada Puffinus gravis. Foto Gorka Ocio

Bisbita pratense Anthus pratensis. Foto Juanjo Vega

Pero lo bueno aún estaba por venir. De repente por la popa, apareció un págalo pomarino adulto y tubo a bien posarse a unos pocos metros del barco. El patrón Roberto, a instancias del almirante Gorka, dio la vuelta para que pudiéramos disfrutarlo. Y vaya si lo hicimos!

Págalo pomarino Stercorarius pomarinus. Foto Gorka Ocio

Págalo pomarino Stercorarius pomarinus. Foto Juanjo Vega

Págalo pomarino Stercorarius pomarinus. Foto Gorka Ocio

También empezaron a dejarse ver por entonces algunos ejemplares de págalo grande.

Págalo grande Stercorarius skua. Foto Juanjo Vega

Págalo grande Stercorarius skua. Foto Gorka Ocio

Y no tardó mucho en aparecer la auténtica estrella alada del día, un precioso búho campestre que vimos aún de lejos y se acercó al barco hasta límites insospechados. Aunque ya los había visto en otras ocasiones volando en alta mar... Me sigue resultando sorprendente!

Búho campestre Asio flammeus. Foto Gorka Ocio

Búho campestre Asio flammeus. Foto Gorka Ocio

No estábamos teniendo mucha suerte con los cetáceos. Conseguí ver un lomo de color claro frente al barco que Gorka cantó como zifio de Cuvier, pero no volvimos a verlo y tuvo que pasar mucho rato a que Óscar viera no demasiado lejos un fuerte resoplido. Enseguida aparecieron dos ejs. de zifio de Cuvier o como gusta de llamarlos Gorka, por la morfología de su cabeza, ballenas picudas. Se dejaron ver bien unas cuantas veces. Una gozada!

Zifio de Cuvier Ziphius cavirostris. Foto Gorka Ocio

Zifio de Cuvier Ziphius cavirostris. Foto Gorka Ocio

Zifio de Cuvier Ziphius cavirostris. Foto Gorka Ocio

De pájaros, todavía pudimos identificar un muy lejano falaropo picogrueso, que en estos días están migrando por allí. Pero otra vez los cetáceos nos dieron un alegrón, y un grupo de delfines comunes con un buen número de crías muy pequeñas, se acercaron al barco para que las disfrutáramos. Algunas crías ya saltaban por completo fuera del agua. Lástima que las crías eran muy jóvenes y no podían seguir la estela del barco. Nos abandonaron antes de lo deseado pero de nuevo... una gozada!

Delfín común Delphinus delphis con su cría. Foto Gorka Ocio

Como Gorka llevó un poco de txum, decidimos echarlo a ver si se acercaban algunas pelágicas (yo iluso de mí, soñando con los paíños). La verdad es que no les dio tiempo. Un pequeño tiburón azul Prionace glauca empezó a alimentarse del paquete de txum congelado. Gorka fue inmediatamente a preparar la cámara subacuática, pero cuando todo estuvo listo...  otro tiburón más grande debió comérselo o trasladarlo a otro lugar, y del txum... nunca más se supo.

Todavía algunos pudimos difrutar de un pez espada Xiphias gladius o (perdonadme el chiste fácil) varios ejemplares de uno de los peces que más molan, el pez luna Mola mola. Ya de regreso a puerto, seguían pasando muchos paseriformes y se seguían viendo pardelas y sobre todo alcatraces. Muy cerca de la costa cientos de gaviotas se veían alimentándose sobre el agua.

Una vez dentro de El Abra, el patrón nos obsequió con un bonito paseo por la ría, con unas vistas de Getxo y Portugalete distintas a las habituales. Pudimos pasar bajo el famoso puente colgante e incluso vimos una de las últimas especies del viaje, un vuelvepiedras dentro de la ría. Otra vez... una gozada.

Getxo y Portugalete desde El Abra bilbaíno. Foto Javier Robres

El puente colgante. Patrimonio de la humanidad. Foto Javier Robres

A estas alturas, incluso los que habían pasado mal rato por el mareo lo pasaban bien. Tras atracar en el puerto nos hicimos la foto de rigor. Los 10 aventureros, los patrones Roberto y Rosa con la embarcación "Quirce" y el almirante Gorka.

La expedición al completo con el "Quirce" al fondo. Foto Javier Robres

Tras despedirnos de la tripulación nos encontramos con el amigo César y con Yolanda y fuimos a degustar una merecida cerveza juntos.  Reseñar que tanto Gorka como Roberto y Rosa se portaron de miedo. Como diría el txabalote... Estoy muy orgulloso de todos ustedes! Muchísimas gracias Gorka. Seguro que repetimos!