Este blog pretende dinamizar la observación de aves en nuestra región. Publicaremos observaciones y noticias de aves, anunciaremos actividades y a través de él cualquiera puede convocar una actividad relacionada con las aves que quiera hacer
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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Aún no me he repuesto de la última vez...

OBSERVACIONES DE AVES

Hay cosas en la vida que nunca se olvidan; el primer beso... el primer concierto... el primer viaje a Marruecos... Después vienen muchos otros, pero ninguno es como el primero. Corrían estos días de finales de noviembre, cuando hace 18 años observaba mi primer búho real, y aunque le han seguido muchos otros, ninguno permanece en mi retina como aquel macho observado a contraluz.

Búho real (Bubo bubo). Foto Javier Álvarez

Hay cosas que no son lo mismo, por mucho que lo parezcan. Debo reconocer que cuando unos amigos se pusieron en contacto conmigo para que les echase una mano en la búsqueda y observación de una pareja de búho real, la cosa no me hacía ninguna ilusión y que si accedí a ello, fue solamente porque en verdad estaba encantado de prestarles mi ayuda y hacía largo tiempo que no nos veíamos las caras. Seamos sinceros, el Gran Duque ya no es lo que era... recuerdo un tiempo en que habitaba en remotos barrancos de media montaña, en zonas poco transitadas y dejadas de la mano del hombre. Si querías ver uno, tenías que adentrarte en lo más profundo de nuestra naturaleza y cruzar los dedos. Además, observar un búho significaba pasar frío, por la época de celo y los parajes visitados. Todos sabemos que hoy en día la cosa ha cambiado y que los búhos hace tiempo que pueden verse por todas partes y que crían en cualquier talud resguardado. Haces un pequeño trayecto nocturno en coche y puedes verlo cruzar la carretera, duermes en verano con la ventana abierta y lo ves sobrevolar tu vecindario desde la cama -algo impensable hace 20 años-, observas un día una colonia de abejarucos y te encuentras con tres enormes pollos volantones... Hay que reconocer que la situación, aunque positiva, a desmitificado a una especie que fue un icono de nuestra fauna salvaje.

 Había un requisito para la búsqueda de esa pareja de búho real, tenía que ser cerca de Aguilar de Río Alhama. Fue también en la cuenca alta del Alhama donde observé mi primer búho, aquel mes de noviembre del año 1995. De modo que allí nos dirigimos el pasado martes 19 de noviembre. Concentramos nuestra búsqueda en lo que sería un lugar clásico para la especie, casi bucólico diría yo, un roquedo a la entrada de un cañón fluvial con cantidad de repisas y recovecos.

 La espera al atardecer fue dura, el cierzo soplaba sin piedad y escupía heladoras gotas que se clavaban en nuestros rostros como avispas, en tanto que la noche caía, sumiéndonos en la oscuridad y en la incertidumbre. Ya estábamos a punto de abandonar la misión cuando, de lo más profundo del barranco, sonó un eco que 18 años después volvió a helarme la sangre...

 Bu-huuu!... era el canto de un macho de búho real.


Búho real (Bubo bubo). Foto Javier Álvarez

Qué queréis que os diga... no sé si fueron los romeros o la roca caliza, pero no suena igual un búho entre ellos que entre pinares de repoblación, cortados de yeso o terruños de arcilla... Como un alcohólico rehabilitado que vuelve a probar la cerveza tras años de abstinencia, así me sentía.

Bu-huuu.. Bu-huuu... el beligerante macho de búho real proclamaba a los cuatro vientos sus escrituras de propiedad sobre aquel barranco. Amparado por la sombra del roquedo la óptica resultaba inútil, aunque sólo su voz bastaba para satisfacer nuestro disfrute. Fue entonces cuando un ronco graznido irrumpió a nuestra espalda...

Ahí estaba, recortada contra el cielo la silueta de una enorme hembra de búho real. Posada sobre una roca, el fuego de sus ojos parecía juzgarnos por nuestra osadía -¿Cómo se atreven esos seres miserables a perturbar mi descanso?-. Su rostro bajo la luz del crepúsculo -bendita fluorita- parecía reír en una especie de mueca diabólica, más macabra aún gracias a esos cuernecillos de pluma, que en realidad sirven para descomponer su silueta y lograr un mejor camuflaje. Menudo momento... no sólo habíamos encontrado un territorio de búho real, sino que la salida había resultado un verdadero triunfo. Entre tanto y sin darnos cuenta, el macho había dejado de cantar y la hembra había desaparecido sin hacer el más mínimo ruido. Satisfechos y victoriosos, dimos por terminada y cumplida la misión. Hoy varios días después, el eco del canto de aquel macho aún retumba en mi cabeza... igual que aquella primera vez.

Bu-huuu.. Bu-huuu... Aún no me he repuesto de la última vez que vi un búho real y mira que los he visto veces... pero no, esta vez no ha sido lo mismo.

Javier Álvarez Remírez

2 comentarios:

  1. Me encanta y comparto tus sentimientos Javier, gracias por compartir los buenos momentos.
    Únicamente aportar que la última salida a observar al búho (este mismo sábado) fue un verdadero éxito pese a los 36 asistentes, grupo demasiado numeroso.
    Conseguimos oír perfectamente al búho real, además de poderlo ver unos instantes y regalarnos un par de vuelos de reconocimiento.
    La sorpresa estuvo en que con este mismo grupo pudimos observar una de las especies que para mí es más complicada de observar, el Cárabo, para el disfrute del personal y propio.
    He de decir que las personas que nos acompañaron además de ser muy respetuosas e interesadas en la naturaleza y su conservación me sorprendieron muy gratamente, no arrugándose ante el desapacible día y mostrándose muy interesados.
    Además de los reyes de la noche, vimos entre otras azor, gavilán, milano real, cuervo, cernícalo vulgar, roquero solitario, gorrión chillón, pico picapinos, corzos y un lución (éste último posiblemente "apaleado" aunque sirvió para contar bondades de la especie y desmitificar su figura).
    Un abrazo y nos vemos en el campo.
    Mazu

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  2. Enhorabuena por esas observaciones. Me llena de júbilo lo que me cuentas, tu sigue evangelizando al personal je,je..

    ¡Un lución!... pues como si no hubiera hecho frío estos días. Ya sabes, pásame el lugar exacto -más o menos- de la cita para poder meterla en la base de datos de la AHE. Aparte de eso, es una cuadrícula nueva para nuestro atlas.

    Me alegro mucho por ti, sé lo que se siente cuando llevas a alguien a ver algo...

    Un abrazo!

    Javier.

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