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El martinete común (Nycticorax nycticorax) es una especie que se ha considerado, hasta ahora, como estival y migrante en La Rioja (Gámez et al., 2013). Del mismo modo, se consideró como tal en España hasta principios de 1990, constatándose desde entonces la invernada regular y abundante en el valle del Guadalquivir y otros puntos más septentrionales, cifrada ya en esa década en torno a los 1.400 ejemplares (ver Garrido et al., 2012 y las referencias bibliográficas allí citadas).
Martinete común Nycticorax nycticorax. Foto archivo GOR. Javier Robres |
Esta situación se mantiene actualmente apreciándose, además, un claro incremento en la población invernante que se ha duplicado. Con los datos del censo de ardeidas que se llevó a cabo en el invierno 2010-11 se estimó una población mínima de 2.828 aves repartidas en 12 comunidades autónomas. Sin embargo, casi el 90% de esta población se distribuía por tres de ellas: Andalucía (con más de la mitad), Comunidad Valenciana y Cataluña y además se concentraba en tres áreas concretas: la desembocadura del Guadalquivir (más del 45%), el delta del Ebro (cerca del 19%) y el entorno de la albufera de Valencia (cerca del 12%). El resto de la población se distribuía de manera dispersa por los cursos medios de ríos y embalses de las cuencas del Guadiana, Guadalquivir, Tajo y Ebro e islas Canarias. En La Rioja no se detectó ningún ejemplar, mientras que, en el valle Ebro, se detectaron 4 en Navarra y 1 en la provincia de Zaragoza (Garrido et al., 2012).
Este incremento de la población invernante de martinete en España se ha traducido ya en la presencia de ejemplares invernantes en La Rioja.
En la tabla siguiente se recogen algunas observaciones de martinetes invernantes en Logroño.
Tabla de observaciones de martinetes en invierno |
A falta de más citas, con estos datos, podemos concluir que hay martinetes invernantes en La Rioja, al menos, desde el invierno 2012/13. La observación de febrero de 2013 es temprana para corresponder a un migrante si tenemos en cuenta que comienzan a llegar la segunda decena de marzo (Gámez et al., 2013). No obstante, es posible que la invernada se remonte al invierno anterior, 2011/12 (Eduardo Ayala, Javier Robres, com. per.), o incluso antes y pudiera haber pasado desapercibida (enviad las citas al AOR para que se puedan publicar).
Los suaves últimos inviernos podrían explicar este cambio en el patrón fenológico de una parte de la población de martinete en La Rioja. También el incremento en la población reproductora en la Comunidad que, desde 2007, se ha estabilizado en torno a las 70 parejas (Gámez et al., 2010), aunque si consideramos el descenso de parejas en la colonia de Las Cañas el efecto en la metapoblación no sería tal.
La presencia de jóvenes y adultos en los mismos lugares apunta a una pequeña e incipiente población residente formada por grupos familiares que estaría criando en las orillas del río Ebro. Por el número de jóvenes y su distribución en los posaderos podríamos hablar de un mínimo de 2-3 parejas, una o dos nidificando en las proximidades del puente de la circunvalación (estos días se puede apreciar una plataforma en un fresno donde descansan algunas aves) y otra en el talud de La Concordia o en la isla de la minicentral.
Los suaves últimos inviernos podrían explicar este cambio en el patrón fenológico de una parte de la población de martinete en La Rioja. También el incremento en la población reproductora en la Comunidad que, desde 2007, se ha estabilizado en torno a las 70 parejas (Gámez et al., 2010), aunque si consideramos el descenso de parejas en la colonia de Las Cañas el efecto en la metapoblación no sería tal.
La presencia de jóvenes y adultos en los mismos lugares apunta a una pequeña e incipiente población residente formada por grupos familiares que estaría criando en las orillas del río Ebro. Por el número de jóvenes y su distribución en los posaderos podríamos hablar de un mínimo de 2-3 parejas, una o dos nidificando en las proximidades del puente de la circunvalación (estos días se puede apreciar una plataforma en un fresno donde descansan algunas aves) y otra en el talud de La Concordia o en la isla de la minicentral.
Sauce llorón todavía con hojas utilizado como posadero en la isla de la minicentral. Foto Jesús Serradilla |
Detalle del talud del parque de La Concordia donde se localiza otro posadero utilizado por, al menos, 4 aves. Foto Jesús Serradilla |
Habrá que esperar a la próxima primavera y verano para confirmarlo definitivamente.
No es descartable que haya más ejemplares invernando en otras zonas favorables de La Rioja, sobre todo aguas abajo del río Ebro, salvo que la cría y la invernada en Logroño esté también relacionada con la tranquilidad que supone para las aves la presencia de un entorno humanizado, sin molestias por la inaccesibilidad y con menos o con depredadores.
Lo que sí está claro es que para el próximo AOR habrá que cambiar el status de la especie en La Rioja.
Bibliografía
Gámez, I., Serradilla, J., Aguilar, C. Mª., Robres, J. y Gutiérrez, Ó. (Eds.) 2013. Anuario Ornitológico de La Rioja 2009-12. Zubía 31, 7-198. IER. Logroño.
Garrido, J. R., Molina, B. y Del Moral, J. C. (Eds.) 2012. Las garzas en España, población reproductora e invernante en 2010-2011 y método de censo. SEO/BirdLife. Madrid.
Jesús Serradilla
Todo es posible, pero la presencia de jóvenes y adultos en una localidad de invernada no siempre permite pensar en familias naturales, tampoco en poblaciones residentes, sino tan sólo en agregaciones de ejemplares en lugares con condic iones favorables para la invernada. Es incluso posible una sustitución sucesiva de aves estivales, migrantes e invernantes en una misma localidad con presencia de individuos siempre de distintas edades. Como dice Jesús, habrá que esperar a primavera para detectar nuevas localidades de cría, al menos las supuestas, pero parece más lógico pensar que las aves reproductoras, ahora fuera de La Rioja mayoritariamente o por completo, se localizarán en las colonias ya conocidas como es propio de un ave colonial, salvo incipientes agregaciones reproductoras de nueva creación.
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